sábado, 28 de marzo de 2009

Pócima vil...


Amodorrada en algún álgido pensamiento
Acarreo con vehemencia mis frustraciones.
Mi cuerpo rebalsado de clorosis se vuelve cada vez más indefenso
Y pierdo cabalmente las ganas de seguir.

Dilapidando anocheceres me refugio en mi mente interior
Desatinada, solitaria y pura me incorporo en la disonancia del perfecto cuadro que me enviste.
Intento desmenuzar la poca coherencia que me queda para poder entender lo que me sucede.

De repente un fugaz estrépito me sacude
Alzo la vista y ahí esta:
Impenetrable espectro patitieso
Colmado de palabras, pero mudo
Que me observa con los ojos cerrados
Y me huele falazmente creyendo reconocer el vaho de mi cuerpo que emane por las grietas de mi rostro.

Empieza a reptar sigilosamente a mí alrededor
Trepida hasta acercarse a mi cúpula carnal
Socava mis mesuras y completa la saciedad de mi cuerpo pusilánime.

Un pavor y satisfacción me sacude
Me asusta y me agrada,
Aquel espíritu pérfido desaparece entre la oscuridad del vacío
Ideoso, extraño y perfecto.

Quedo totalmente inanimada
Inescrutable, desconocida, loca…

…Pero satisfactoriamente completa.

No hay comentarios: