lunes, 23 de diciembre de 2013

Palabras....


Las palabras empiezan a dibujar círculos interminables de recónditos abismos, entre la línea indefinida que atraviesa la membrana de la mente, los dedos empiezan a estremecerse como si formaran parte de una escena de terror entre adrenalina y ansiedad, ente fatalidad y resurrección…contienen letras interminables que se van desagotando…se condensan, se saturan, anhelan encontrar el pasaporte por el cual viajar y ser letras de tinta en algún papel…el problema es cuando no existe algo capaz de transcribirse de escribirse de plasmarse, entonces uno empieza a acumular tumultos de palabras, de sensaciones que solo son mensajes y olvida como discernir ente lo real y lo creado…
El poeta es un exiliado de si mismo, en la dimensión en la que sus gritos, su voz, dejan de serlo sufren metamorfosis y pasan a ser fragmentos de historias ajenas a él…A veces cree formar parte de una novela de drama, de amor, de historia y todos sus integrantes de la vida pasan a ser personajes interminables de un guión que nunca acaba, quienes son actores de la existencia, y no descansan… y es cuando el poeta decide no encariñarse con esos personajes, que solo pasan a ser persona cuando toma un poco de racionalidad.
El hecho esta, en la necesidad absoluta de expresar cosas que a veces no existen, pero en algún lugar de su espacio figurativo mental cobran vida, y lo satisfacen… hablemos de lo que no existe. Sería interesante.
Entonces se sumerge en la incredulidad de su destino cargado de palabras que se evaporan y vuelven a resurgir como nuves cargadas de agua…es un constante renacer y extinguirse, un constante apego y desapego de lo que el mismo es, cuando deja de ser mientras escribe… una abstracción cual Picasso en su obra de arte, una melodía de Bach con un pentagrama que va danzando al compás de las emociones y descontrolables ganas de estallar, y volver a nacer, que se reproducen en una orgia de letras…
Esperando quizás que algún día formen una fila india y se den la mano como niños jugando a una ronda redonda, y encuentren la sensatez y la inocencia que perdieron… pero son infinitas, profundas, e inmortales, sucumben cualquier estado y vuelven a restituirse como flores de loto en un pantano.. en el pantano de su mente, en el reducto de sus huesos, buscando un ápice en el cual sentirse libre… las palabras… eso, palabras, que decoran una pared desierta de sentidos, y derrumban torres, que se ahogan en sonidos…que deciden ser lo que el poeta les dé.. Dependen de él…
Pero lo más loco es, que el poeta, nunca se da cuenta… que en realidad ellas son las que le dan sentido a él cuando más vano y vacio se siente….entonces, quien sería el personaje, cuando el papel lo juega la mente de alguien que deja de ser consciente de el poder de sus palabras…
A veces atormentan, la inmediatez segura de la estabilidad…a veces son fichas liberadoras de fantasmas implacables de vidas anteriores, de ruinas, se sueños…
…y solo, son palabras. 

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