lunes, 31 de enero de 2011

El sol en mis manos



Pasaje verde
Una alfombra de tierra,
Solo se escucha la nada
Y el eco de mis pasos…

Olor a rocio
Y perfume a jazmin,
Un sol que se aleja
Un dia que se va…

La mirada de quien ame
Y el beso de quien amo,
Montículos de piedras en mis manos
Y lagrimas en mi pecho…

La hermosura de verme quieta
Y las ganas de vivir,
La melodía dulce de la voz
En mi rostro…

La destrucción de lo que ya no existe
En el abismo de mi instinto,
El equilibrio de mi cuerpo
En la inmensidad del espacio…

El reflejo de mi cuerpo en el agua
La pofundidad en los ojos,
El deseo de permanecer inmóvil
A la libertad de mi mente…

Donde vuelan las ideas
Cuando se sentencian a muerte,
Donde no hay mas espacio
Que el que existe…

Donde los sentidos se mezclan
Y se reconstruyen,
Donde la música es un pasaje
Hacia algo mejor…

Donde las explicaciones mueren
Y las emociones estallan,
Donde estemos juntos:
Mi alma, y mi cuerpo.

1 comentario:

Bowman dijo...

Te leo serena; cerrar las cuentas del pasado, viviendo y disfrutando el presente.
La verdad que sonrío al leer este texto, tan lleno de promesas, de futuro, de seguridad en el presente; de que las dudas son certezas.
Hablas de el sol en tus manos, siempre lo has tenido, irradias luz y calor, que ilumina y conforta al que te lee.
Y lo mejor es que vuelvas a escribir con esta regularidad, se te echaba de menos.
Lo mejor para ti.
Un abrazo enorme