jueves, 12 de febrero de 2009

Pasaje de Transición.


Me encuentro extremadamente abolida por negros pensamientos. Voy esquematizando mis días como si provinieran de un extenso libro sin sentido. La densidad de la gente aglomerada me asusta y me asfixia, temo perder la poca razón de coherencia existente.
Intento extinguir mis bajas defensas y resistir ante el derrumbe de mi cuerpo, pero me equivoco al suponer que todo es posible.
Siento que nada de lo que me rodea me corresponde, me aflijo y vuelvo a caer en el nauseabundo sueño del cual formo parte.
Si comprendiera las razones que me impulsan a pensar así, dejaría de mentirme a mi misma acabando con mi instinto poco racional para quedarme limpiamente vacía.
Me aturdo ante tanto ruido enmudezco las palabras en mi corazón, me destruyo y me vuelvo a construir cuando asimilo que mi existencia tiene alguna razón en este mundo y que debo seguir.
Continuar hasta agotar mi vana paciencia.

Es ese el momento en donde me arrincono y no deseo salir, acomodándome en las realidades de mi derogada naturaleza.
Si suprimiera el sentido de razón y pensamiento podría ser una persona manipulada solo por instintos, puros y limpios, donde no me atormentarían los recuerdos temores y sueños.
Mágica sensación de actuar como sienta actuar, olvidando las repercusiones de mis acciones. De esa manera podría ser libre, se que eso es imposible mientras tenga razón y pensamiento.
Pero a la vez soy feliz, por encontrarle algún sentido a todo, por creer, soñar, y hasta temer, pensar e imaginar posibles escenarios.
Entonces desemboco en la misma encrucijada de siempre “soy un ser extremadamente contradictorio e inconformista” que me pesa mi existencia a pasar de que la ame.
Caminos inexorables me obligan a encontrar la panacea que me libere de mi completa templanza y oscuridad.
Mi conciencia en decadencia va cerrando las salidas externas de la dimensión interior de mi mente, poblándome de incógnitas tangibles que deseo responderme.
No puedo sustraerme a la acusación de haber hecho poco para mejorar mi situación, pero aun se que no es tarde para intentar pulir mis asperezas y salvarme del precipicio de mi cordura.

Copia infame de episodios imaginarios, espectáculo de payasos retirados burlándose de mi, yo? Inerte en el final del pasillo de la nauseabunda escena metamorfosis depredadora, mi cuerpo se va deformando, mis pieles van cayendo ensuciando las paredes del lúgubre pasillo que me va quitando el aire cada vez mas hasta intuir que culmino el proceso de mutación, dejándome inasequible, frágil, confundida….
Destemplada e intranquila voy juntando los pedazos de mi (ya perdidos) inmensos espejos me acompañan a la salida, mientras voy observando “obligadamente” que algo en mi ha cambiado, física y mentalmente.
No encuentro oscuridad amenazante en mis ojos perturbados, ya no siento lastima por aquel reflejo que me señala desde el espejo.
Se limpia la tormentosa ceniza abriéndome paso hacia la penumbra lejana que diviso…el vaho de mi cuerpo se transforma en espesa psicodélica, la comisura de mis labios empiezan a supurar alcohol, mi piel va humedeciéndose curando las quebraduras de mi rostro endurecido, voy llenando de limpio aire mi cuerpo, sintiendo como mis raídas células muertas empiezan a vivir.

Se fugaron mis pensamientos mas temibles dejándome inútilmente profunda, clara en armonía. Solo camino por el placido auge de mi sensatez “sin sentido” creo concebir luz eterna, estoy sintiéndome mejor…
…Y en la punta del precipicio iluminado que me llevo ese extenso pasaje de transición, observo a mi alrededor llenándome de vida, siento mi pecho latir, mi voz pronunciar palabras olvidadas, el viento rozando cada sinuosidad de mi cuerpo, abro los brazos, cierro los ojos, estiro cada filamento que hace mantenerme en pie, me perdono por haberme odiado por tanto tiempo, abrazo mi alma reparándola y grito con mi mejor voz “Si” me daré una nueva oportunidad, recreare mis sueños nuevamente, me liberare de mi cárcel interior, la energía, el amor y la vida me ayudaran.

"Hoy deseo Seguir…"

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