lunes, 1 de diciembre de 2008

Metamorfosis...


Inevitablemente hoy me encuentro algo extraña, me sucumben unas necesidades extremas de dormir eternamente, mis ganas han desaparecido y un fuerte dolor me entristece.
Están esos días en los cuales pasa desapercibido tu estado anímico, a lo que denominamos como un “buen día”, están también aquellos donde nos destacamos por tener un “excelente día”, y el más agobiante de todos en donde sentimos el peso gigantesco del paso de las horas sobre nuestros hombros…podría decir que se lo cataloga como un “mal día”.
Y es precisamente el mas aceptado para nombrar mi día como malo, no suelo ponerle titulo a las cosas, pero inevitablemente todo tiene que entrar bajo un nombre para poderlo distinguir del resto.
Es que a veces no logro comprenderme, hoy no se lo que quiero, no se que esta bien y mal, no conozco mis esfuerzos y desconozco mis penares. Me sobrecargo de una terrible imposición “lograr terminar mi día de una manera normal” o cotidiana por así decirlo; pero mi propuesta personal se desvanece interrumpidamente.
A veces todas las emociones, recuerdos, vivencias se colapsan, causando de esta manera una extraña sensación de no poder controlar nuestros pensamientos…produciendo una ligera sensación de ahorque, asfixie, depresión... o como quiera llamarse.
Partiendo de esta reflexión me he dado cuenta que es exactamente eso lo que manifiesta mi cuerpo al interponerse ante mi cabeza. Estoy demasiado abrumada como para intentar permanecer parada, demasiado ciega como para tratar de entender mi día, y complicadamente sorda para escuchar ánimos.
Entonces soy una recopilación de “cosas” (pensamientos, sensaciones, recuerdos, sentimientos, vivencias, experiencias, tristeza, fracasos, derrotas, alegrías, armonía, depresión, insatisfacción, satisfacción, amor, desamor, pasión, envidia, vida y muerte)…y puedo seguir innumerablemente describiendo todo lo que puede contener un día, junto a su estado anímico.
Como sostenerse cuando no hay nada alrededor, como mantenerse en equilibrio cuando no hay nada bajo nuestros pies. Es ese el delirio que siento mientras voy asimilando mi metamorfosis cambiante.
Voy sufriendo transformación, cambiando mi piel de color y viendo todo diferente…como un reptil que va arrastrándose dejando su piel mientras explora los caminos de su nueva existencia.
Debo repasar mi camino, y seguir recorriéndolo sufriendo y disfrutando mi metamorfosis que me muestra lo complicado y simple a la vez que es el ser humano.


Me debo amoldar a los cambios, aceptar mi bipolaridad, y mi carencia de tranquilidad ante mis días anímicamente complicados.

No hay comentarios: