lunes, 1 de septiembre de 2008

E. Sabato...





La calidad del amor que hay entre dos seres que se quieren cambia de un instante a otro, haciéndose de pronto sublime, bajando luego hasta la trivialidad, convirtiéndose mas tarde en algo afectuoso y cómodo, para repentinamente convertirse en un odio trágico o destructivo…
Si acaso la verdad no se puede decir casi nunca cuando se trata de seres humanos, puesto que solo sirve para producir dolor o tristeza…pero es necesaria.
Por que cambiamos a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos, acaso siempre la misma persona? ¿Tenemos acaso, siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo? Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se las decimos creerá que esa “es” la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.


Nos ha pasado, verdad? O hemos dejado que pase en el otro?

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